Todos recordamos donde estábamos en aquel momento en que sucedieron hechos históricos para el mundo.
Yo personalmente, recuerdo estar sentada con papá y mamá viendo como el hombre llegaba a la luna y estar en el patio de la escuela cuando nos enterábamos del golpe de estado que destituía a Isabel Perón o estar parada en la cocina de mi casa con mi hermana Clara mientras con total descreimiento escuchábamos el veredicto de lo que fué llamado el Juicio más controversial de la historia: OJ Simpson era dejado libre ante la sorpresa de sus propios abogados.
Aquel 11 de Septiembre fué una mañana más hasta que encendimos el televisor para saber la temperatura. Una mañana cuando nos enterábamos mucho más de lo que queríamos saber.
Una mañana en la que aprendimos en que el mundo ya nunca más iba a ser igual. Donde supimos que el odio y el temor viajaban en avión, podían guardarse en una mochila, activarse desde un celular o hasta estrellarse contra familias que disfrutan una tarde de verano en cualquier paseo de cualquier ciudad del mundo.
Ese 11 de Septiembre hubo un huracán, mucho más fuerte que Irma o José. Tan fuerte y destructivo que ni nombre tiene.
En New York, allí donde estaban las torres, hay hoy un Memorial. Dos piletones gigantes bordeados con los nombres de todos los caídos ese día.
Toda ésta zona de la ciudad es muy visitada y caminada por miles de personas y donde aún asi, el silencio es abrumador y pesado.
Una zona donde a pesar de toda la seguridad existente, uno se siente indefenso.
Enfrente al Memorial, está la 10 House, el cuartel de los primeros bomberos en acudir a la tragedia esa mañana de Septiembre. Los primeros héroes que corrieron escaleras arriba cuando todos corrían hacia la planta baja tratando de escapar del horror.
Está a pocos metros, solo hay que cruzar la calle para verlo y poder fotografiarlo.
Yo me sentí mucho más cómoda en ésta vereda.
Me sentí mejor una vez que tomamos cierta distancia del predio del Memorial. Tal vez porque hace bien sentirse acompañado, sentirse cuidado.
Tal vez porque hace bien estar del lado de los buenos.
Hoy, 11 de Septiembre, también se festeja el Dia del Maestro. Y cómo no mencionarlos si muchos de ellos también son héroes?
Empecemos la semana tratando de cruzar de vereda, donde en los momentos de devastación siempre tendremos la oportunidad de convertirnos en héroes.
No te olvides: vos sos el héroe de tu propia historia”
~Greg Boyle~
¡Un post precioso, Marce!
Besos
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Muchas gracias Isabel
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Nos preparábamos para viajar a la capital de la provincia para hacer las últimas compras, pues mi hija comenzaba la universidad. Aún pasado tanto tiempo no he olvidado el silencio que lo invadía todo, que reinaba en los comercios, en las calles. Las miradas tan tristes como reflexivas, cargadas de profundidad. Sabedores de que ya nada sería igual pero reconfortados por la valentía de tantos héroes, gente corriente, de esa que, simplemente hace lo que debe de hacer.
Abrazotes gordotes a todos ellos, héroes cotidianos, estén donde estén.
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Que asi sea!
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Ese mismo sentimiento nos embargó cuando estuvimos en el Memorial… De respecto profundo, honda tristeza y muda incomprensión. ¡Qué pena no haber visto la estación de bomberos!
Besos mil de las dos
J&Y
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es un lugar especial, que despierta muchos sentimientos.
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¿Qué voy a decir Marcela? Me ha emocionado tu entrada de hoy. Solo espero y deseo que hechos así no se repitan nunca jamás, en ningún otro lugar del planeta.
Muchos besos!! Helena
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Ojalá asi sea Helena!
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Un post muy emotivo. Recuerdo aquel tremendo día como uno de los peores de mi vida junto con otro día de angustioso desgarro y desesperación aquí en Madrid. No tengo palabras para describir mis sentimientos ante tales actos. Todos somos esas víctimas, cada uno de nosotros.
Felicitaciones también a los maestros que aman su profesión y sienten pasión por la educación y la enseñanza. Ojalá todos ellos se volcaran y se implicaran en su supuesta vocación igual que tantos otros… claro que si mejorasen sus condiciones laborales quizá tendrían mayor motivación todos aquellos que tan sólo hacen acto de presencia en las aulas. En fin, tema complicado éste.
Un beso grande, Marce.
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Me llama siempre la atención como a pesar de la distancia, todos nos quejamos y padecemos lo mismo. Tuve que leer dos veces tu comentario porque pensé que era una argentina la que escribia y al mismo tiempo pensaba: no puede ser de argentina, si es Isabel….
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Hermosa reflexión Marcela!
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Gracias Dany!!
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